Me llamaron hace unos años para una consultoría en una inmobiliaria que había sido muy exitosa y que sin razones evidentes estaba yéndose a la quiebra. Los dueños estaban sumamente preocupados porque en un corto tiempo veían desmoronarse su patrimonio sin saber qué hacer.

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Una empresa multinacional había alquilado un piso en un prestigioso edificio empresarial. La persona que gerencia la empresa había vivido ya los beneficios del feng shui y radiestesia en su casa; ella hizo las averiguaciones correspondientes y descubrió que ninguna compañía había sobrevivido más de un año en ese piso.

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Este tipo de casos siempre los he visto a lo largo de mi más de 20 años aplicando el feng shui y la radiestesia, mujeres que tienen problemas para quedar embarazadas a pesar de estar aparentemente sanas. En todos estos casos el problema ha sido por cruces de líneas debajo de sus camas o puestos de trabajo.

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He tenido muchos casos de personas con cáncer que han podido armonizar su espacio, utilizar todos los recursos naturales y alternativos, y sobrevivir con calidad de vida; pero de todos el que más me impresionó fue el de un anciano que ya estaba en sus últimos momentos.

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Uno de mis primeros casos de Feng Shui fue éste, y pude ver el poder del símbolo en todo su esplendor. Me llamaron para revisar la casa en la cual el jefe de familia se estaba yendo estrepitosamente a la quiebra. No entendían lo que estaba sucediendo pues había sido muy abrupto y querían buscar una explicación a este caso inusual.

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